Actualidad Internacional: Latitudes. Europa

Macron, seguimos aquí, ¡iremos a buscarte a casa!

07/04/2023

Antoine Larrache

Dirigente del Nuevo Partido Anticapitalista

Traducción: Viento Sur
Fuente: 
L’Anticapitaliste

L

a movilización del 6 de abril muestra los increíbles recursos de esta movilización, su implantación, su legitimidad. Ahora, nuestro objetivo debe ser desafiar al poder de Macron, un poder antisocial, ilegítimo y antidemocrático.

Con 400.000 personas en París, 60.000 en Burdeos, 90.000 en Toulouse, 50.000 en Nantes, 6.000 en Bourges, 400 en Lamballe, 15.000 en Perpiñán y Toulon, 10.000 en Tarbes (cifras del 29/03 : 450.000 à Paris, 80.000 à Bordeaux, 150.000 à Toulouse, 60.000 à Nantes, 8.000 à Bourges, 400 à Lamballe, 15.000 à Perpignan, 15.000 à Toulon, 15.000 à Tarbes, 15.000 au Puy-en-Velay 23/03 : 800 000 à Paris, 110 000 à Bordeaux, 150 000 à Toulouse, 80 000 à Nantes, 8 000 à Bourges, 15 000 à Angoulême, 1 000 à Lamballe, 20 000 à Perpignan, 30 000 à Toulon, 24.000 à Tarbes, 15 000 au Puy-en-Velay…) , pero también una serie de ciudades donde hay más gente que la última vez (en Lyon, Pau y Bayona, por ejemplo), hemos asistido a una movilización que sigue siendo extremadamente potente respecto a lo que hemos conocido en los últimos 30 años.

Además de las manifestaciones, hemos asistido de nuevo a cientos de acciones diversas: bloqueos, en el rectorado de Burdeos, en las estaciones, con la invasión de carriles, el peaje de la A13, etc. Tras las acciones de los últimos días, como la ocupación del rectorado de París, la pancarta sobre en el Arco del Triunfo, en la columna del monumento a los Girondinos…

Las cifras de la huelga se mantienen a un nivel relativamente alto, próximas a las del último día y alto para ser el undécimo día. La huelga fue fuerte se ha dado en los trenes interurbanos, y debería reanudarse entre los basureros; continúa en las refinerías, sobre todo en Gonfreville, al haber suspendido la justicia la orden de imponer a la fuerza la vuelta al trabajo.

Todo esto es la marca de un movimiento de trabajadores y trabajadoras que quieren  ganar, extremadamente profundo. Como reacción a esta nueva jornada de éxito y al rechazo de Macron al más mínimo compromiso, la intersindical se vio abocada a convocar una nueva huelga el jueves 13 de abril, la víspera de la reunión del Consejo Constitucional. Sólo una movilización excepcional podría conducir a que este último no dé el visto bueno a la reforma, como salida a la crisis actual.

El éxito de la movilización de hoy demuestra una vez más la amplitud de la crisis política que vivimos. El movimiento ha ganado la batalla de la opinión pública, ha obligado al gobierno a utilizar un 49-3 y, a pesar de la aprobación de la ley, no quiere ceder; mientras, el gobierno se hunde en una ilegitimidad cada vez más fuerte, siendo minoritario como es, con una represión cada vez más fuerte, que ha sido condenada por las organizaciones humanitarias pero también por la ONU, la Unión Europea, Estados Unidos… Y sigue estando en el centro de los escándalos con las amenazas de Darmanin [ministro del Interior] de disolver la Liga de Derechos Humanos, el escándalo de la contaminación del agua potable por clorotalonil, las nuevas revelaciones sobre las violencias cometidas por la gendarmería en Sainte-Soline [la movilización contra las megapresas]…

Cierto, este movimiento adolece de una débil autoorganización, con asambleas generales poco nutridas, y el número de huelgas renovables no es suficiente, pero su inmensa fuerza ha consistido, en cada etapa, en superar hitos políticos. El siguiente es cuestionar la legitimidad de las decisiones institucionales: aunque el Consejo Constitucional valide la ley, no nos detendremos. Cuestionamos la legitimidad de este Consejo, como cuestionamos la legitimidad del 49.3 y de las instituciones antidemocráticas de la V República. La mejor manera de hacerle frente sería una huelga general que paralizara el país durante el tiempo necesario.

El viernes 14 de abril, al día siguiente de la nueva jornada nacional de huelgas y manifestaciones, es imperativo que el movimiento siga expresando en las calles su rechazo a la contrarreforma y su legitimidad frente a Macron. Frente al Consejo Constitucional, como en el momento del 49.3, debemos impulsar la ocupación de las plazas y prepararnos para manifestarnos. Y tendremos que volvernos hacia el verdadero responsable de este ataque, Emmanuel Macron, y organizar una gran marcha hacia el Elíseo, unidos, con todas las organizaciones políticas, sindicales y asociativas, los Chalecos Amarillos, los colectivos feministas y de ecología radical, todas las estructuras del movimiento social.

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