Actualidad Internacional: Latitudes. América Latina

Claudia Sheinbaum gana encuesta para suceder a López Obrador

10/09/2023

José Luis Hernández Ayala

Militante del Movimiento Socialista del Poder Popular

Mediante una encuesta abierta a toda la población, y no solo a las y los integrantes del partido Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), la candidata Claudia Sheinbaum Pardo ganó, con el 39.4% de las preferencias, ser electa como Coordinadora Nacional de los Comités en Defensa de la Cuarta Transformación (4T). Muy por encima del segundo lugar representado por Marcelo Ebrard Casaubón con el 25.8%.

 

El resultado de la encuesta ha sido cuestionado por Marcelo Ebrard, quien denuncia presiones para inducir la opinión de los posibles encuestados, el problema es que fue un método que él mismo aceptó desde un principio. La consulta fue realizada por cinco empresas encuestadoras, una de ellas sugerida por el propio Ebrard, y sus resultados se encuentran dentro del mismo rango e incluso son similares a encuestas realizadas anteriormente por periódicos como Reforma, El Financiero o Milenio, muy críticos del actual gobierno. Así las cosas, será muy difícil para Ebrard presentar argumentos que provoquen una ruptura dentro de Morena.

 

Es menester precisar que Claudia Sheinbaum fue electa como Coordinadora Nacional de los Comités en Defensa de la Cuarta Transformación, como se autodenomina el movimiento social que hasta ahora encabezaba el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que la convierte en virtual candidata presidencial de Morena, el Partido del Trabajo y Verde Ecologista de México. Esto se debe a la encuesta se realizó antes del calendario oficial de elecciones primarias para la selección de candidaturas organizadas por el Instituto Nacional Electoral.

 

Los partidos de la derecha, agrupados en el Frente Amplio por México, presionados por no quedarse fuera de la atención de los medios y de la opinión pública, intentaron realizar un proceso similar de selección de una precandidatura mediante consulta a los afiliados a los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática. Su gran problema fue que la cúpula oligárquica que dirige este agrupamiento, ya había acordado espaldar a Xóchitl Gálvez –una hábil derechista que trata de hacerse pasar por plebeya, progresista e indígena- como su común acuerdo, pero el surgimiento de varias precandidaturas, entre ellas la de Beatriz Paredes Rangel, inteligente y con fuerte respaldo en las filas del PRI, amenazaban con restarle brillo e incluso hundir a su protegida. Eso los obligó a ejercer una fuerte presión sobre los y las precandidatas para que dimitieran a favor de Xóchitl Gálvez. Esta maniobra, ridícula y escandalosa, los hizo ser el hazmerreír de la vida política nacional.

 

En el caso de Morena, este rocambolesco proceso de selección de candidaturas no corresponde a los de un partido realmente democrático, en donde sus integrantes tienen el derecho de elegir, mediante voto directo o indirecto, quienes deben ser sus candidaturas en los diferentes niveles de representación popular. El método de selección, mediante encuestas, se puede prestar a numerosas irregularidades, así como impedir la más amplia confrontación de ideas y propuestas de trabajo, es muy vulnerable a que pese más la presión de los grandes líderes que a la capacidad e idoneidad de las candidaturas, pero, sobre todo, impide que surjan nuevos liderazgos que se paren sobre sus propios pies. El método de nominación por encuestas es susceptible de convertirse en una especie de “dedazo” realizado con guante de terciopelo.

 

El posible efecto Ebrard

 

Aunque la posible salida de Marcelo Ebrard de Morena, y su probable nominación por el partido de derecha Movimiento Ciudadano, es muy factible, las peores consecuencias serían para los partidos de la derecha y no para Morena. Veamos.

 

Marcelo Ebrard es considerado como representante del ala derecha dentro del movimiento de la 4T, durante su gestión al frente del gobierno de la Ciudad de México (2006-2012) realizó obra pública con financiamiento privado y está muy relacionado con empresarios y medios de derecha. Además su afiliación a Morena apenas data de julio de 2022 y no cuenta con presencia en su estructura interna. Si esta consulta se hubiera realizado al interior de Morena la diferencia entre Claudia y Marcelo hubiera sido mucho mayor, aún así el resultado para la izquierda de Morena (Claudia más Gerardo Fernández Noroña) fue del 50%.

 

Los votos obtenidos por Marcelo Ebrard en la consulta fueron percibidos por su desempeño al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores y no por representar una opción diferente de la política gubernamental o dentro de Morena. Por lo tanto, es muy poco probable que el 25% de votos obtenidos se trasladen, automáticamente, hacia su candidatura por el Movimiento Ciudadano.

 

En cambio, para el frente de partidos de la derecha una tercera candidatura de Marcelo Ebrard sí es una amenaza real. Frente a la enorme popularidad de López Obrador, del 60 al 65% de los consultados, la derecha solo aspira a obtener del 30 al 40% de los votos presidenciales en el 2024. Su objetivo, incluso reconocido por algunos de sus representantes más lúcidos y francos, ya no es la presidencia de la República, sino de obtener los votos legislativos necesarios para bloquear toda reforma constitucional que se quiera presentar. Son esos votos los que puede disputar Marcelo Ebrard. De ahí los llamados de la derecha a que Ebrard se sume a la campaña de Xóchitl y no a que presente su propia candidatura.

 

Es de esperar una actitud sensata de Marcelo Ebrard y que descarte una acción aventurera que no le llevará a ningún lado.

 

Perfil de Claudia Sheinbaum

 

Tanto por su grado académico como por su herencia y práctica política, Claudia Sheinbaum se presenta como la mejor opción del ala izquierda de Morena. Así fue entendido por la amplia militancia de izquierda, popular e intelectual que milita en dicho partido y que constituyó la base de apoyo de su campaña.

 

Es hija del químico Carlos Sheinbaum Yoselevitz y la bióloga Annie Pardo Cemo, participantes del movimiento estudiantil y popular de 1968 y vinculados con los sectores de izquierda más radicalizados de esa época. Ella misma fue destacada participante del movimiento estudiantil de 1986-87 que, agrupado en torno al Consejo Estudiantil Universitario (CEU), se opuso al aumento de cuotas en las colegiaturas y otras reformas propuestas por el entonces rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Jorge Carpizo. Tiene el grado de doctora en ingeniería energética.

 

Es identificada como una dirigente muy ligada al movimiento de López Obrador, fue parte de su gabinete el frente del gobierno de la Ciudad de México (como secretaria del medio ambiente) y fundadora del partido Morena. También ha sido cuestionada porque en las elecciones federales de 2021 en la Ciudad de México, que ella gobernaba, se perdieron 9 de las 16 alcaldías que la conforman.

 

Al igual que López Obrador, ha sido bastante pragmática en su política de alianzas para fortalecer su proyecto político. Su equipo de campaña incluye lo mismo sectores muy cuestionables y corruptos provenientes del PRI, PAN y PRD, que sólidos cuadros de izquierda.

 

Por su origen, cercanía con los movimientos sociales y agenda progresista en materia de igualdad de género, diversidad sexual, ecológico y social, la izquierda de Morena la considera más sensible para solucionar diversos conflictos sociales e iniciar una profundización de reformas que radicalicen a la llamada Cuarta Transformación.

 

Debido a que Claudia Sheinbaum será postulada como candidata del partido Morena a la presidencia de la República, se considera que será la primera mujer que asumirá el más importante cargo político en toda la historia de México. Eso, sin duda alguna, es una buena noticia. Sin embargo, es un hecho que, por su condición de mujer, será vista con gran escepticismo y cuestionamiento por parte de una cultura tan patriarcal y machista como la mexicana, así como por su origen judío que ya la hace víctima de grupos antisemitas.

 

El escenario político electoral del 2024

 

A contra corriente de lo que sucede en otras partes del mundo, en donde las organizaciones fascistas o ultraderechistas se encuentran a la ofensiva, en México la derecha en general se encuentra a la defensiva y les cuesta mucho trabajo defender a sus pasados gobiernos neoliberales, su corrupción malos resultados y volver a presentar, como programa de gobierno, más de lo mismo.

 

Luego de seis sexenios de gobiernos neoliberales, la corrupción del poder público llegó a tal grado de descomposición que se hacía difícil diferenciar entre las bandas mafiosas y el poder del estado. El crimen de los 43 jóvenes de la Normal Rural de Ayotzinapa es el ejemplo más elocuente de esta descomposición. Incluso sectores de la oligarquía clamaban por un cambio y encontraron en López Obrador la única medicina posible. Los treinta millones de votos de López Obrador, alrededor del 53% del electorado, representaron una verdadera rebelión que hizo añicos el intento de fraude en contra de su candidatura.

 

En las conferencias de prensa diarias, mejor conocidas como “mañaneras” y que ahora son objeto de estudios sociológicos, López Obrador insiste en recordar ese pasado reciente y han tenido un efecto profundo en la memoria y consciencia de millones de personas. Por esas razones la derecha mexicana no se atreve a cuestionar abiertamente los programas sociales del gobierno y confirma la acusación del grupo ultraderechista VOX de España de calificarlos como “cobardes”. Incluso la ofensiva de medios, con sus falsas noticias (fake news) y toda forma de manipulación mediática, se han visto anulada por la política de comunicación del gobierno.

 

Pero no basta con el desprestigio de la derecha o de una acertada política comunicacional del gobierno para ganar elecciones si no va acompañada de buenos resultados en el terreno económico. Es justo en este terreno en donde López Obrador está cerrando su sexenio con un panorama positivo. A pesar de que los salarios contractuales se han deteriorado, los salarios mínimos se han incrementado en un 80%. Para el presente año se espera un crecimiento del 3.65% del producto Interno Bruto y del 4% para el 2024. El consumo privado suma un trimestre con tasas de crecimiento del 4%. La moneda mexicana, lejos de devaluarse, como ha sido la constante en los últimos 50 años, se ha revaluado en un 33%. A pesar de su incremento nominal (de 10.5 a 14 billones de pesos en lo que va del sexenio), la deuda pública se mantiene en un promedio del 44% del Producto Interno Bruto (PIB) y no existe problema de impago. El desempleo, a pesar del trabajo precario, se ha reducido a menos del 5%. Los adultos mayores de 65 años reciben una renta básica universal equivalente a 147 dólares mensuales y se elevará a 176 a partir del 1 de enero de 2024. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), México redujo en 8.9 millones su número de pobres a un total de 46.8 millones de personas, casi 16% menos que las 55.7 millones de 2020. A pesar de la pandemia y de la guerra Rusia-Ucrania, los precios de los energéticos no se han incrementado más allá del índice inflacionario.

 

Aunque sea necesario relativizar estas cuentas en otro artículo, es preciso reconocer que las finanzas públicas se encuentran en buenas condiciones para el proceso electoral del 2024.

 

A favor de la candidatura de Morena, debemos agregar el fervor nacionalista que se desatará con la inauguración de proyectos emblemáticos del gobierno como los ferrocarriles Maya (que unirá a 5 estados del sureste mexicano), el del Istmo de Tehuantepec y el que unirá las ciudades de Toluca y de México; la modernización de las cinco refinerías de Pemex, la nueva de Dos Bocas en el estado de Tabasco, que unidas a la de Deer Park en Texas, garantizarán el consumo de gasolina, gas y diésel; y muchas otras obras de infraestructura.

 

El único factor que puede desestabilizar el proceso electoral del 2024 sería que la violencia criminal se traslade al terreno político. Esperamos que ello no suceda.

 

Dese luego que estos datos representan un buen augurio de que la derecha no regresará al poder en el 2024. Pero ello no significa echar las campanas a vuelo y subestimarla, pero tampoco de dejar de construir un movimiento social independiente y autónomo que se movilice para profundizar el proceso de cambio y alcanzar objetivos clave como auditar y dejar de pagar la deuda pública odiosa; realizar una reforma fiscal que obligue a pagar más a quienes más tienen; de democratizar sus organizaciones y botar a las dirigencias corruptas; de garantizar el derecho al aborto en todo el país así como la igualdad de género y de la comunidad LGTBI+; y de convocar a un congreso constituyente que elimine las reformas neoliberales realizadas al texto original de nuestra Constitución.

 

En este camino, la existencia de una fuerza política con un perfil anticapitalista, ecosocialista y feminista, se hace más necesaria que nunca.

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