Actualidad Internacional: Latitudes. América Latina

Argentina: la calle y el parlamento

10/02/2024

Eduardo Lucita

Integrante del colectivo EDI –Economistas de Izquierda-.

 

Tanto la calle como el parlamento se han convertido en los centros neurálgicos donde se está dirimiendo la disputa  por la ofensiva que el capital, a través de las políticas económicas del gobierno Milei, ha lanzado contra el pueblo trabajador.

En el Congreso, donde el gobierno tiene una pobre representación parlamentaria, juega un papel decisivo el bloque de los diputados dialoguistas que, ansiosos de garantizar gobernabilidad, firmaron un dictamen sin prácticamente conocer su contenido, en tanto que los bloques del peronismo y de la izquierda anticapitalista se oponen terminantemente y rechazan de raíz el contenido de las propuestas. Mientras que en la calle, en las sucesivas concentraciones, se denuncia el contenido del ajuste, el carácter desregulador del decreto de necesidad y urgencia y la reconversión de la economía y la política contenidas en la llamada Ley Ómnibus. El enfrentamiento físico en las calles se centra en desconocer el inédito protocolo anti-movilizaciones que pretende imponer la ministra de Seguridad con un despliegue de fuerzas represivas inédito y totalmente desproporcionado frente a manifestaciones pacíficas, con continuas provocaciones policiales buscando que la confrontación estalle para justificar la represión[1]En este momento, siendo las 19.50hs., se ha desatado una fuerte represión, ya no son solo empujones y bastonazos, gas pimienta, balas de goma y de estruendo se expanden por la Plaza de los Dos … Seguir leyendo.

Esta relación entre la calle y el parlamento es decisiva, porque hay antecedentes que triunfos callejeros se transforman luego en derrotas en el parlamento.

Paro y movilización

La convocatoria de la CGT ha tenido una amplitud extraordinaria, acorde a la amplitud del ataque al pueblo trabajador,  corporizado tanto en los discursos como en las iniciativas y atropellos del gobierno. Pareciera que el presidente Milei ha hecho suya la sugerencia de Maquiavelo al Príncipe:

El gobernante para tener posibilidades ciertas de éxito en su gestión, debe producir todos los actos que impliquen malestar para sus gobernados inmediatamente de haber asumido, y ejecutarlos en su conjunto sin dilación.

La ofensiva expresada en el plan de ajuste, en el decreto de necesidad y urgencia y en la llamada Ley Ómnibus, puso a la defensiva a vastos sectores de la sociedad,  lo que impulsó a la central obrera, rápida de reflejos, a  convocar a una acción unitaria, con los dos sindicatos CTA  y los movimientos sociales, tal vez inédita por su amplitud. Fue explicada por  Héctor Daer, uno de los tres Secretarios Generales de la central: “La CGT adoptó la decisión de cruzar los umbrales de lo estrictamente sindical para incorporar a esta batalla a otros sectores”. No fue producto de la presión de las bases, como justificaron algunos grupos izquierdistas, sino por la presión del gobierno. Esto es, la CGT no lo hizo por convicción, sino por necesidad. Pero lo hizo.

¿Cuál ha sido el alcance del paro, el grado de adhesión? No lo sabemos, no hay porcentajes ni estimación alguna. Es así porque la decisión de parar fue tomada desde arriba,  sin consulta alguna a las bases. Simplemente como forma de presión frente a un gobierno que no los llama a negociar. Por otra parte estamos en pleno período estival, con actividades totalmente en receso, como docentes, judiciales y otras, muchas fábricas están de licencia anual y no pocas, ante la falta de insumos de importación, decidieron adelantar las vacaciones. Si le agregamos la alta informalidad existente, es comprensible que el paro no tuviera la contundencia esperada. Así y todo hubo vastos sectores donde el paro se hizo sentir, aeronáuticos, camioneros y gremios del transporte, aceiteros, neumáticos, mecánicos, siderúrgicos…

Pero sí fue contundente la movilización, que tuvo un carácter federal: se registraron concentraciones en más de 50 ciudades. Las estimaciones más serias hablan de un millón de personas en todo el país, con epicentro en Ciudad de Buenos Aires, donde se concentraron entre 200 000 y 250 000 personas. Con fuerte protagonismo sindical, acompañado por un extenso conjunto de movimientos sociales (barriales, de DDHH, de mujeres, ambientales, minorías sexuales, y un largo etcétera) y el regreso de las Asambleas Barriales, claros reflejos del 2001. No hay aquí votantes de Milei, solo de ciudadanos que votaron otras opciones. Se necesitará una mayor maduración política para que la situación permee en los sectores que votaron buscando un cambio, aunque no se lo definiera con precisiones.

Solidaridad internacional

Así como el experimento Milei es seguido con atención por la derechas extremas de todo el mundo, también lo es por las izquierdas y el progresismo que recorren el planeta. Es que ambas tendencias son conscientes de que Argentina puede ser un banco de pruebas de un nuevo modelo de gestión social, presidido por las grandes corporaciones.

Se explica así el regreso del internacionalismo proletario bajo la forma de concentraciones frente a las embajadas argentinas en varios países europeos y también de Nuestra América. Mientras que las Confederaciones Sindical de las Américas y Sindical Internacional adhirieron al paro. Lo que muestra que, más allá de los rasgos nacionales, el problema de las extremas derechas trasciende las estrechas fronteras de nuestro Estado-Nación y se globaliza. Por lo que la respuesta deberá también ser global. En una reciente entrevista, publicada en este medio, Olivier Besancenot decía:

Tenemos que unir nuestras fuerzas para librar las batallas esenciales, incluida la lucha contra la extrema derecha y sus ideas. Si hay una bandera que puede unir a toda la izquierda social y política anticapitalista, es la bandera común del antifascismo.

Esta afirmación es válida tanto a nivel local como internacional.

¿Qué dinámica social en el futuro inmediato?

El paro y las masivas concentraciones del 24 de enero pusieron en el centro del escenario político la enorme potencialidad del movimiento obrero popular. Tal vez por eso la CGT se apresuró a ponerle límites.  En los breves y pobres discursos de cierre del acto en Buenos Aires, los secretarios generales Pablo Moyano y Héctor Daer dejaron claro que su objetivo no era otro que presionar sobre los legisladores/as, especialmente del peronismo y en parte de los radicales para que no voten la Ley Ómnibus. Ninguna referencia a un plan de lucha ni a cómo armar a sus representados para enfrentar el duro período que se viene.

En medio del paro y las concentraciones, el oficialismo en la cámara de diputados logró sacar un dictamen por mayoría con lo que el proyecto de ley se está debatiendo en el mismo momento que escribo estas notas. Otra vez la izquierda anticapitalista, como el 20D, es protagonista de la resistencia en la calles y en los enfrentamientos por el protocolo, acompañada por Asambleas Barriales y una tímida respuesta de grupos ligados a la CTA. “La Patria no se Vende” y la exigencia de un nuevo paro general se escuchan en todas las concentraciones.

Todo indica que el proyecto de ley finalmente será aprobado con múltiples modificaciones y exclusiones. Sin embargo, lo que está hoy en discusión es el corazón del proyecto: la delegación de poderes legislativos al ejecutivo, con lo que Milei obtendría la suma del poder político por un tiempo acotado. Lo que en estas circunstancias es peligrosísimo.

Más allá de esto, que si se aprueba significaría un triunfo pírrico del gobierno, pero triunfo al fin, las movilizaciones continuarán y la incógnita es quién marcará el rumbo: si la clase obrera como tal o la multiplicidad de movimientos sociales que expresan un conjunto variopinto de identidades y subjetividades, cuando muchas de ellas no alcanzan a tener determinaciones de clase.

Así, tanto la dimensión social de las concentraciones futuras como su composición adquieren una importancia significativa para el análisis y continuidad de la confrontación. Por un lado estará el concepto de multitud que acuñaran dos décadas atrás Toni Negri y Paolo Virno: “la realidad y la potencia de los muchos en contraposición al pueblo y a la nación, a su vocación unitaria y homogénea”. Este concepto diluye la pertinencia de la noción de clases en aras de una ciudadanía global. Por el otro la clase obrera como caudillo del conjunto de los explotados, oprimidos y excluidos de la sociedad. Con lo cual se repondría en el centro de la escena política la centralidad del trabajo en la sociedad del capital y una orientación que en medio de la disputa con la ultraderecha marcaría una perspectiva anticapitalista.

No será un dato menor, con vistas al futuro próximo, cuál de estas dos tendencias prime en los próximos días. La moneda sigue en el aire también en este sentido.

Buenos Aires, 1/2/2024

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Notas del artículo

Notas del artículo
1 En este momento, siendo las 19.50hs., se ha desatado una fuerte represión, ya no son solo empujones y bastonazos, gas pimienta, balas de goma y de estruendo se expanden por la Plaza de los Dos Congresos. Diputados del FIT-U y de Todos por la Patria, han bajado del recinto y tratan de mediar con las fuerzas represivas
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