Actualidad Internacional: Latitudes. Europa

Seguimos con el NPA, por un partido revolucionario y unitario de las explotadas y oprimidas

11/12/2022

Declaración del 5º Congreso del NPA

 

 

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a pandemia y sus consecuencias suenan a advertencia. El capitalismo, la carrera por los beneficios, está llevando a la humanidad a la catástrofe. Guerras, crisis ecológicas que ponen en peligro la vida en la Tierra, crisis económica, escasez… Aquí, Macron pretende proseguir la ofensiva neoliberal contra nuestros derechos, en particular atacando las pensiones en las próximas semanas. Es urgente romper con este sistema que se agota.

Las grandes potencias imperialistas se repliegan, la competencia se intensifica, la extrema derecha amenaza. Las políticas bélicas y la carrera armamentística se intensifican. En todas partes, estamos del lado de los pueblos y de su derecho a la autodeterminación, como en Ucrania, en solidaridad contra la agresión de Putin.

En ausencia de una alternativa ecosocialista, basada en la autoorganización de los de abajo, la máquina infernal capitalista seguirá girando fuera de control. Como internacionalistas y anticolonialistas, nuestras esperanzas se nutren de las movilizaciones feministas y contra la dictadura en Irán, de las huelgas salariales en Inglaterra, de las manifestaciones por la democracia en China, de las luchas contra el racismo en Estados Unidos, de las luchas contra la clordecona en las Antillas… Nos solidarizamos con todas estas movilizaciones. Si bien las luchas son reales, rara vez logran vencer. Las más masivas y radicales, sobre todo las de la Primavera Árabe, han conseguido deshacerse de regímenes autoritarios y corruptos. Pero ninguna de ellas ha conducido a una alternativa emancipadora. La contraofensiva reaccionaria ha ido acompañada de asesinatos en masa y del retorno de regímenes dictatoriales.

Para mantener su dominio, los capitalistas están dispuestos a todo. Refuerzan sus ofensivas racistas, islamófobas y autoritarias. Los gobiernos de extrema derecha imponen políticas discriminatorias, climaticidas y reaccionarias. La amenaza fascista vuelve con fuerza. Requiere vigilancia, un combate específico, y marcos unitarios para combatirla.

Macron ataca a los más precarios de entre nosotros con la reforma del seguro de desempleo, con la ley Darmanin contra los migrantes. La reforma de las pensiones pretende retrasar la edad de jubilación a los 65 años. Más que una nueva «reforma», esta ofensiva a favor de los capitalistas lleva consigo el proyecto de una sociedad de sobreexplotación: trabajar cada vez más, durante más tiempo… y por unos ingresos cada vez más bajos. Es una auténtica provocación contra todas aquellas que, con su trabajo manual o intelectual, mantienen en pie la sociedad, especialmente las mujeres.

Macron pone el listón muy alto. Para él, es todo o nada: reforma o disolución. No nos deja otra opción que bloquear el país. Hay que echar a Macron. Esto implica la unidad de los trabajadores y de la juventud, de sus organizaciones, desde abajo hacia arriba. Sobre todo, requiere un movimiento desde abajo, en los lugares de trabajo y en las escuelas, en las comunas y en los barrios, que organice y decida la lucha.

Oponerse a los despidos, subidas salariales, reducción de jornada… debemos romper con la explotación capitalista que antepone los beneficios a nuestras vidas. En las empresas y en todos los lugares de trabajo, actuamos para construir herramientas de resistencia colectiva: sindicatos, colectivos, etc. Las luchas contra la explotación, contra todas las opresiones y por la preservación del planeta están vinculadas. Las luchas ecologistas, feministas, LGBTI y antirracistas tienen sus propias dinámicas y formas organizativas. Su autoorganización construye la emancipación de todos. Su convergencia abre el camino a una confrontación con este sistema y los poderes que lo defienden.

Una organización internacionalista, anticapitalista, feminista y ecosocialista
En 2009 iniciamos el NPA con la esperanza de reagruparnos en un partido único con todos aquellos que estuvieran comprometidos con una perspectiva anticapitalista, rompiendo con la izquierda gestora del sistema. Este proyecto es más pertinente que nunca. Hoy renovamos el hilo de la construcción de un partido útil para los explotados y los oprimidos. En la última secuencia, el voto a Mélenchon y luego a NUPES fue la herramienta utilizada por una parte importante de las clases populares para defenderse de Macron y de la extrema derecha. Pero a nivel militante, decenas de miles de anticapitalistas están huérfanos de una organización política que actúe efectivamente en la lucha de clases, más allá de los plazos electorales.  Una organización convencida de que no se puede acabar con la explotación, la opresión y la destrucción de los ecosistemas sin derrocar el capitalismo, sin una transformación revolucionaria de la sociedad, una organización en diálogo y confrontación sin sectarismos con otras corrientes del movimiento social.

En el seno del NPA se han desarrollado grupos que discrepan de estas perspectivas. En algunas ciudades y sectores, en nuestros órganos, el NPA se ha convertido en un frente de organizaciones, en competencia unas con otras. Rechazamos esta situación, que convierte nuestro partido en un campo de batalla. Ante su negativa a cambiar nuestra forma de actuar, decidimos seguir con el NPA separándonos de estos grupos.

En las próximas semanas, el NPA estará presente en todas las movilizaciones: contra la reforma de las pensiones, por la sanidad y los hospitales públicos, en defensa de las trabajadoras inmigrantes a partir de las próximas marchas de solidaridad, para construir la huelga feminista del 8 de marzo, contra los proyectos de megapiscinas, la reactivación de la energía nuclear y el enterramiento de residuos en Bure…

A escala local y nacional, lanzamos una campaña militante dirigida a todas aquellas que tienen en común el deseo de construir una organización anticapitalista, revolucionaria y unitaria.

El comienzo será una reunión pública en París el martes 17 de enero en la Bellevilloise, con nuestras portavoces Olivier Besancenot, Christine Poupin, Philippe Poutou y Pauline Salingue.

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